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Diana sabía que estaba humillando a su familia, que serían la comidilla de la sociedad, pero tenía que dar el paso definitivo antes de cometer un grave error que la llevaría a mantener una vida que le impediría perseguir lo que una vez soñó.

Sin pensarlo más, se giró y salió de la iglesia lo más deprisa que pudo a sabiendas de las consecuencias que traería. 

Con la ayuda de Sam, cruzó el Atlántico para aterrizar en Nueva York con un nuevo nombre y cambiando su aspecto, dejando en España a esa mujer que había sido durante años.

Sin embargo, el destino le tenía preparada varias sorpresas.

La primera: tropezarse con el hombre más odioso de Nueva York.

La segunda: que ese hombre llamado Alex McDaniels se convertiría en su jefe.

Todo esto los llevará a enfrentamientos constantes tras los que nacerá una fuerte atracción que rozará el límite de la confianza y el orgullo.

Diana no volverá a dejar que ningún hombre pisotee sus decisiones, y Alex no está acostumbrado a que una mujer lo desafíe.

Cada paso será una prueba que romperá todas las barreras hasta lograr que sus caminos se crucen y terminen siendo uno.

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Nadia Vankov está preparada para heredar el trono de Boslavia. Sabe todo lo que debe saber. Tiene la actitud. La sangre. El derecho. Y, sobre todo, la convicción de que sacrificará cualquier cosa para cumplir con su deber. Solo le falta poner un pequeño asuntillo en regla, uno que podría hacer peligrar su situación en palacio; un problema que surgió a raíz de la locura que cometió años atrás, y que involucra a un hombre.

Jared Ryan recibe una misteriosa carta sellada por la realeza boslava. Lo último en lo que se le ocurre pensar es en la mujer de la que se enamoró y que desapareció sin dejar rastro. Pero en cuanto recuerda el sufrimiento que aquello le acarreó, decide que, aunque no es nadie para contradecir una orden imperial, va a arriesgarse a ofrecer un acuerdo distinto. Uno con sus condiciones.

A fin de cuentas, a ella le hace falta su firma, él también necesita su autógrafo… ¿Y para qué está el matrimonio, si no es para echarse una mano... en el sentido que sea?

Ydril se queda fascinada cuando conoce a los gemelos Leif y Finn echando un pulso en el mercado y, a pesar de que Leif tiene un carácter brusco y desagradable, no puede evitar sentirse muy atraída por él. Finalmente, los dos hermanos la acompañan a la abadía donde vive rodeada de monjes; lo que no se imagina es cuánto cambiará su vida a raíz de su  visita.

Leif no puede apartar la vista de Ydril desde que la ha conocido y no se separa de su lado hasta que llegan a la isla; allí los gemelos se enteran de algo sobre su vida que provoca que Leif huya, porque está tan enfadado que el berserker está a punto de tomar el control de su cuerpo…Ydril lo sigue sin saber que, en ese momento a quien más odia Leif, es a ella.

Los dos tendrán que aceptar que las vidas de ambos están llenas de mentiras y secretos y que su unión, propiciada por el destino, es la única manera de ser felices,, a pesar de todo.

Can Drogo, piloto e hijo del dueño de la empresa aeronáutica High Drogo, es un hombre alto, guapo, adinerado, simpático… Puede elegir a la mujer que desee, y aunque disfruta de esa «magia especial» con la que le ha dotado la vida, en su interior siente que todas lo aburren.

Por su parte, Sonia Becher es la mayor de cuatro hermanas y la propietaria de una empresa de eventos y de una agencia de modelos.

Can ve en ella a una chica divertida, atrevida, sin tabúes, con la que se puede hablar de todo, incluido de sexo, pero poco más, pues considera que no es su tipo. Hasta que un día las sonrisas y las miradas de la joven no van dirigidas a él, y eso, sin saber por qué, comienza a molestarlo. ¿En serio Sonia va a sonreír a otros hombres estando él delante?